Reflexiones sobre el estado actual de los procesos de paz

No avanzan los procesos de paz

Como colombianos que pensamos en un futuro de tranquilidad, en donde las causas estructurales de la violencia que aún perviven se hayan removido, hemos tenido la mejor de las expectativas con los procesos de paz que se emprendieron con el mejor de los entusiasmos al iniciar el gobierno de Gustavo Petro.

Sin embargo, tanta expectativa inicial se ha ido quedando desperdigada por el camino, ya que la gestión gubernamental en cuanto a los procesos de paz ha tenido serias inconsistencias que los han ido minando desde adentro.

El que se supone es el proceso que más había avanzado, el del ELN, se encuentra en una encrucijada que amenaza con herirlo seriamente. Nada menos la semana pasada, mediante un comunicado la delegación del gobierno en los diálogos de paz en la práctica le dio un ultimátum a la guerrilla, llamándola a la seriedad, exigiéndole que aclare si tiene voluntad de paz. La posición arrogante que ahora señala el gobierno, ha sido la de siempre del ELN. La dirigencia parece que estuviera orientando una guerrilla victoriosa, y no el grupo cada vez más minoritario que es, aunque conserven su capacidad de hacer daño a las comunidades.

En los más de dos años que lleva el proceso, no se ha podido determinar si está dispuesto el ELN a hacer el tránsito hacia la paz, o si lo que han tratado es firmar el cese al fuego, viendo más una oportunidad de fortalecimiento militar, que es lo que han estado haciendo, y no desescalando el conflicto, que debería ser el objetivo de los ceses al fuego.

Ahora, la comisión del gobierno ha descubierto que para bailar se necesitan dos, al igual que para construir los caminos que conduzcan a la paz. El ELN reiteradamente ha acusado al gobierno de incumplir los pactos que se han hecho, lo cual el gobierno niega con vehemencia, y así estamos, en las arenas movedizas en las que siempre se han movido los esfuerzos de paz con el ELN.

El de por sí atomizado proceso con las disidencias tampoco es que vaya hacia algún objetivo concreto, a pesar de los pomposos anuncios de las partes. Para empezar, el actual proceso apenas involucra al 40 por ciento de los efectivos de las disidencias, quedándose por fuera el grueso de los integrantes, que aún siguen las orientaciones de Iván Mordisco. Pero más grave que eso, las denuncias de la población civil sobre los abusos reiterados del sector que continúa en la mesa de conversaciones son muy graves, hechos que no han sido atendidos por el gobierno, ya que pese a las denuncias, el cese al fuego fue prorrogado.

Con los grupos urbanos, mejor ni tocar el tema, porque ahí es que no hay avance de ningún género. Solo anuncios y más anuncios, pero nada de realidades.

En cuanto al Ejército Gaitanista de Colombia, continuamos con serenidad y paciencia esperando comunicaciones oficiales de los funcionarios que deben liderar estos procesos. Nuestra disposición sigue intacta, así hasta ahora no hayan resultados concretos que permitan augurar un cambio sustancial en la situación. El balón sigue estando en el campo del gobierno de Gustavo Petro.

Montañas de Colombia, julio 31 de 2024

Equipo
Dirección Política Nacional Ejército Gaitanista de Colombia

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